Wi Fi, 4 Casos de Éxito. Ejemplos de aplicación

En la edición número 49 de Estr@tegia Magazine habíamos visto una introducción a la tecnología del Wi Fi, que día a día suma más adeptos alrededor del mundo. Vimos de qué se trata, cuales son sus características, qué accesorios adicionales a las computadoras permiten la conexión a una red WiFi, entre otras cosas.

Pero, de la misma forma que habíamos hecho en las primeras ediciones de esta revista electrónica con el tema de las computadoras de mano, creímos necesario presentar distintos casos extraídos de otras publicaciones que muestran que ésta tecnología está siendo utilizada con éxito.

Consideramos que dos de los factores claves en la adopción masiva de esta  tecnología son: facilidad de adquisición y utilización y, obviamente, cubrir necesidades que las anteriores no cubrían.

En el primer caso, la amplia aceptación de la norma que rige al Wi Fi, la IEEE 802.11 y sus distintas variantes, ha ayudado de manera importante haciendo que muchas empresas fabriquen dispositivos bajo el mismo estándar y que esto fuerce a bajar sus precios.

En cuanto a las necesidades insatisfechas, en especial, por la tecnología cableada, nada mejor que los ejemplos que veremos a continuación para darnos cuenta en qué situaciones el Wi Fi muestra su mejor desempeño y de qué manera puede interactuar y ayudar a las tecnologías de redes utilizadas actualmente.

Tabla de Contenidos

Caso 1: Universitarios WI FI en México

Hace algún tiempo, la empresa 3Com de Estados Unidos anunció eufóricamente que la Universidad de San Diego contaría con cobertura inalámbrica Wi-Fi en todo su campus. Casos como estos posiblemente comenzarán a oírse más y más en la Unión Americana para satisfacer las demandas de las grandes comunidades de estudiantes por una tecnología de punta para sus actividades diarias.

En el caso de México, pareciera que por ser un país en desarrollo, no cuenta con tecnología Wi Fi de calidad, y aunque suene increíble, varias universidades en las principales ciudades de México se han adelantado por mas de un año a muchas universidades americanas y se puede hablar de una cifra superior a los 100.000 usuarios habituados a la tecnología Wi-Fi en este país.

Es un hecho que en instituciones como la Universidad Iberoamericana en Santa Fe, y en especial los planteles del Tecnológico de Monterrey, existen comunidades de estudiantes que conviven diariamente con la tecnología inalámbrica para consultas con sus profesores, envíos electrónicos de tareas, reportes e investigaciones, además de la información que pueden obtener de Internet.

Siguiendo de cerca las tendencias tecnológicas de estos universitarios, los especialistas de la empresa beWave en México analizaron algunos de los obstáculos con que se han topado los estudiantes al salir de sus universidades, ya sea por finalizar sus estudios o día a día, al terminar sus clases.

Las respuestas mas frecuentes fueron que una vez que salían de la universidad, se sentían frustrados por tener que regresar a un contexto que carecía de la tecnología Wi Fi, en especial sitios públicos como restaurantes, cafeterías e incluso parques.

Las nuevas generaciones de universitarios han crecido y asimilado rápidamente las últimas tendencias de la tecnología, y no sólo eso, sino encuentran usos y aplicaciones integradas a sus actividades diarias que pocos especialistas hubieran imaginado.

Es aquí donde beWave Wireless ha encontrado una gran oportunidad al integrar comunidades de usuarios dependientes a la tecnología Wi-Fi con la cobertura de zonas.

«Se les puede ofrecer un sinnúmero de servicios como sistemas de reservaciones, mapas virtuales de su zona, promociones y publicidad además de ofrecer la comodidad de Internet inalámbrico cerca de las universidades» comenta el Arq. Héctor Jun Cortes, director de marketing de beWave Wireless.

Caso 2: El WI FI es un asunto vecinal en Nueva York

En la populosa y diversa Ciudad de Nueva York, una tecnología invisible está creando una nueva sensación de vecindad. Un creciente número de personas en Manhattan está usando redes inalámbricas para acceder a Internet. En una ciudad donde nada es barato, estas redes están siendo compartidas entre vecinos o cualquiera que se encuentra a un radio de cercano al transmisor, sin costo alguno.

La tecnología Wi Fi puede ser utilizada gratis por cualquiera que tenga una computadora portátil equipada con una tarjeta diseñada para recoger las señales de radio.

En un momento de grandes recortes presupuestarios, estos puntos de acceso gratis se están convirtiendo en un atípico servicio público que algunos neoyorquinos generosos están proporcionando a sus vecinos.

Dustin Goodwin adjuntó su transmisor Wi Fi junto a la ventana de su departamento de Nueva York hace dos años. El transmisor permite a los vecinos y a los transeúntes conectarse a Internet de alta velocidad. Goodwin ha estado compartiendo gratis su red inalámbrica para Internet desde entonces. «Tengo línea DSL en casa y tengo más banda ancha de la que necesito, así que la comparto con mis vecinos», explica.

Goodwin ayudó a iniciar la red NYCWireless, una organización que apuesta por compartir el acceso inalámbrico a Internet, particularmente en espacios públicos. El grupo estima que más de 1.000 personas usan la red de «puntos principales»gratuitos.

Goodwin dice que su buena disposición le ha acercado a su comunidad. «Un día regresé a casa del trabajo y alguien estaba sentado en mi pórtico con su computadora portátil navegando por Internet», contó. «Ellos se habían mudado recientemente y no tenían conexión a Internet y no tenían trabajo por lo que (el hombre) me lo agradeció»«Luego uno de mis vecinos me detuvo en el pasillo y me preguntó ‘¿tú eres el que comparte? ‘ y comenzó a conversar conmigo», agregó.

El vecino es ahora uno de un grupo de usuarios gratuitos en la calle de Goodwin que nunca tuvo una suscripción a Internet y jamás ha pagado un centavo por navegar en la red.

Por otro lado, estos puntos de acceso Wi-Fi «compartidos» están provocando polémica, ya que muchos grandes proveedores de servicios de Internet quieren que los usuarios individuales paguen por acceder a la red.

«Es muy difícil para las compañías vigilar ahora eso (el compartir la conexión)», dijo Joe Laszlo, analista de Jupiter Research. «Time Warner está intentando tomar medidas contra la gente que pretender compartir su conexión, pero la mayoría de los que tienen red inalámbrica en casa no se han molestado en adoptar medidas de seguridad», agregó. «Puede que ni siquiera se hayan dado cuenta que los vecinos pueden navegar con sus conexiones».

Un inconveniente para abrir el acceso es que se compromete la seguridad. Como los teléfonos móviles, las conexiones inalámbricas de Internet son más susceptibles a los ciberpiratas. Se ha reconocido que los ciberintrusos están navegando constantemente en busca de conexiones abiertas de Wi Fi, y algunos incluso podrían acceder a archivos legítimos de usuarios en una red inalámbrica.

A pesar de las preocupaciones sobre la seguridad y el pago, los analistas predicen que de aquí a unos pocos años, el acceso a Wi Fi estará disponible en la mayoría de las ciudades de Estados Unidos, desde cualquier esquina de la calle.

Caso 3: Del Telex al WI-FI

«Red inalámbrica: detectada». «Velocidad de la conexión: sobresaliente». Los dos mensajes aparecieron ni bien prendí mi notebook que en la última semana de enero llevé conmigo a Davos, Suiza, adonde el diario Clarín me envió a cubrir el Foro Económico Mundial.

Para alguien que transmitió sus primeros artículos a través del telex hace «apenas»unos 20 años, estar conectado a la velocidad de la banda ancha de Internet en una habitación de hotel a miles de kilómetros y escuchar las radios argentinas en verano mientras caía la nieve en los Alpes, tiene algo de un cuento de ciencia ficción.

La novedad, claro, no es la banda ancha, sino que ésta sea accesible sin cables y sin teléfono en lugares como hoteles, aeropuertos y bares. En Davos, la empresa de telecomunicaciones Swisscom instaló hace seis meses puntos de acceso Wi Fi en más de 20 hoteles, con velocidades de hasta 1 MB por segundo. En el centro de convenciones, pude ver como, en menos de 15 minutos, dos enviados de la televisión brasileña O’Globo le decían adiós al carísimo satélite y transmitían a San Pablo por Internet un informe de tres minutos de video de alta resolución a través de una pequeña cámara digital conectada a una PC portátil.

Las nuevas notebooks equipadas con tecnología móvil (como Centrino, de Intel) hacen todo el proceso más eficiente, permitiendo, por ejemplo, minimizar el consumo de batería.

Los problemas, sin embargo, pueden aparecer por el lado de la red inalámbrica. Me ocurrió en un par de ocasiones que, al desconectarme, la red interpretaba que no lo había hecho. Al intentar volver, un mensaje de error me informaba que alguien más estaba utilizando el servicio con mi nombre de usuario (al que se accede comprando una tarjeta prepaga) y bloqueaba el acceso.

Por suerte, los proveedores generalmente ofrecen soporte telefónico en estos casos. Un técnico me informó que el problema se solucionaría solo si en un par de horas la red no detectaba actividad de ese «usuario fantasma». Y me dio una nueva clave para ingresar a la red mientras tanto. El problema finalmente se solucionó. Pero hasta que esta tecnología no se estabilice un poco más, es conveniente llevar en los viajes el cable y módem telefónico. Sólo por las dudas.

Caso 4: El WI FI sale a las rutas

Desde que el Beaufort County Community College, ubicado en la zona rural de Washington, en Carolina del Norte, se convirtió en una institución independiente, en 1979, los alumnos han tenido que viajar 50 millas de ida y otras tantas de vuelta -por oscuras y solitarias rutas de dos carriles- para asistir a sus clases nocturnas.

Ahora, a estos estudiantes, como por ejemplo a Willene Brinn, una gerente comercial que antes tenía que recorrer 40 kilómetros por día desde Belhaven, California del Norte, hasta Washington, solamente les lleva 5 minutos llegar al lugar donde se dictan las clases, gracias a un programa de Internet inalámbrica financiado por el estado.

Si bien no es raro que las comunidades rurales experimenten con el acceso a Internet Wi Fi, Beaufort le ha dado un giro totalmente distinto: esta universidad equipó una camioneta con una antena satelital y 20 computadoras notebook con Wi Fi para llevar el acceso a Internet hasta los estudiantes.

«Tenemos personas que tendrían que tomar un ferry para cruzar el río», comentó Brinn. «Ahora esta camioneta va hasta donde ellos están».

La universidad representa a cuatro condados -Beaufort, Hyde, Tyrrell y Washington- y reúne aproximadamente 69.000 habitantes. Esa zona es tan extensa y está surcada por tantos ríos que la cobertura de Internet no llega a todos los hogares, señaló Penny Sermons, directora del centro de recursos de aprendizaje de dicha institución. Además, muchos de los habitantes de esos condados son trabajadores rurales o desempleados que no cuentan con los recursos económicos para tener una computadora en su hogar, señaló Sermons. En este caso no alcanzaría con dictar cursos a través de Internet para que la gente pueda estudiar desde su casa. Y es aquí donde entra en escena la camioneta móvil.

Una hora antes de cada clase, el técnico a cargo de esta camioneta, se estaciona frente al edificio designado -en la mayoría de los casos una escuela de nivel medio de la zona o un centro comunitario- y monta un aula en el lugar. Las 20 computadoras notebook reciben la información a través de la antena satelital que está montada en la camioneta, con lo cual no es necesario que el edificio tenga una conexión de banda ancha. El sistema incluso tiene autonomía eléctrica, para poder seguir funcionando incluso en el caso de que se produzca un corte de suministro en el edificio, comentó el ingeniero de proyecto, Whiting Toler.

Esta universidad utiliza la camioneta con tecnología Wi Fi solamente para las clases que requieren que cada estudiante tenga una computadora. Las demás materias se siguen dictando en el edificio de la institución, en Washington. Al igual que en las aulas normales, el instructor va explicando los ejercicios mientras los estudiantes lo van siguiendo en las notebooks que les facilita la institución.

Esta experiencia con Wi Fi del Beaufort coincide con un momento en que las comunidades rurales y los organismos gubernamentales no cejan en su lucha por encontrar alguna forma de brindar acceso a Internet de banda ancha a las zonas de bajo índice poblacional. Como una alternativa, algunos pueblos equipan un edificio con un acceso y luego ofrecen servicio Wi Fi gratuito a los habitantes y los visitantes de la zona. Pero, este método también requiere que los usuarios tengan su propias notebooks o vivan lo suficientemente cerca del punto de acceso para poder recibir el servicio en sus computadoras de escritorio.

Para el departamento de educación continua del Beaufort County Community College, que es el promotor de este proyecto, esta camioneta también equivale a un mayor número de alumnos matriculados. «Hay alumnos que están tomando clases y que si no fuera por esta camioneta móvil no estarían estudiando», señaló Dawn Pinkham, uno de los instructores de dicha institución. «Lo increíble de esta camioneta es que podemos llevarla hasta la población. Podemos llevarla hasta donde está la gente».

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